La volatilidad climática —huracanes, tormentas severas, inundaciones— ha dejado de ser un evento esporádico para convertirse en una constante que desafía los modelos logísticos tradicionales. Según reporta México Industry, las pérdidas globales por desastres naturales en 2024 alcanzaron 368,000 millones de dólares, y México ha sido particularmente vulnerable. En este contexto, la logística debe evolucionar: adoptar modelos predictivos, rutas alternas, compañías de transporte con planes de contingencia y aseguramiento climático. La resiliencia operativa ya no es opcional: es clave para mantener cadenas de suministro estables.

Fuente: mexicoindustry.com